martes, noviembre 26, 2013

Prefiero una España de izquierdas que...



 

El líder conservador y derechista José Calvo Sotelo (Tuy, 1895-Madrid, 1936) había dicho: “Prefiero una España de izquierdas que una España rota”. Pues bien, emulando al jurista anterior, yo digo: Prefiero una España con  autonomías, nacionalismos, nacionalidades históricas, realidades nacionales o lo que se las quiera llamar en un futuro a nuestras 17 autonomías, que no desunida. Tengo razones para creer que, siendo 17 Españas- e insisto, 17 autonomías con nacionalismos fuertes en algunas de ellas-las que hoy forman la península Ibérica  (¿mañana ya veremos?)-, convergerán todas unidas apara ayudar al presidente del Gobierno, señor Zapatero, pues menudo berenjenal está armando.

 
Y es que todo esto es debido a que nuestro joven e inexperto político desea ganar las próximas elecciones con la fuerza de los votos, pero un piensa con nuestra “Piel de Toro” dividida y sin rumbo. No es malo ser de izquierdas, desde luego, pero hemos de saber manejar la mano derecha, para sembrar cordialidad, respecto y amistad entre los españoles. Gobierne, escuche y respete a los españoles, votantes o no votantes del PSOE, más  no imponga “la ley del silencio”...

        
Me viene a la memoria una carta dirigida por Joseph Tarradellas a Federico Jiménez Losantos- no es santo de mi devoción-, tras el atentado perpetrado contra éste, en la que se puede leer: “La cuestión lingüística y la solidaridad con los demás pueblos de España son los dos problemas fundamentales que si no se enfocan justamente van a producir situaciones difíciles, corriendo el peligro de que se destruya nuestra convivencia para siempre”.

Respeto y entiendo, que, usted, señor Mas (posee la “llave maestra “para la gobernabilidad de España, insisto en lo de España aunque no este de moda hablar de ella y nombrarla), que piense como nacionalista catalán, pero espero que cumpla como español. No pida usted “el oro y el moro”-ya tiene su Estatuto para su autonomía. Que ya es grande por sí misma, y acuérdese de la comunidades más pobres, donde hay que garantizar servicios mínimos, lo que no se ha hecho hasta a la fecha: dígame que hacemos con las comunidades con habitantes más jóvenes que reclaman servicios de educación, viviendas al alcance de sus bolsillos, trabajos...Y por último explíqueme que soluciones se darán a las autonomías más envejecidas que requieren mayor asistencia sanitaria.

Esta es la España que realmente usted y el señor Rodríguez Zapatero se van a encontrar. ¡Difícil tarea a resolver!, pero no imposible, .Integren los nacionalismos- su historia, lengua, folklore, etcétera-dentro de las ideas que los dos políticos expresaron: unidad. Recuerde señor Mas, lo que Cervantes dejó escrito con respecto a Barcelona: “...aquel paraíso, escuela de tolerancia, archivo de cortesía”. Haga que esto sea una realidad. Cada persona tiene un ideario político distinto, pero entiendo-estoy convencido- que las ideas políticas de un hombre son sus hechos.

Da la sensación de que nos hemos vuelto locos, de que hemos perdidos nuestros papeles en la esfera política, de que perseguimos ganar las próximas elecciones, de que hemos perdido el sentido del humor e ingenio suficiente para continuar luchando por y para  la unidad de España.

Precisamente, y con muy pocas dudas, el señor Rodríguez Zapatero ganará las próximas elecciones democráticas a la Nación española. Las ganará pero no por mayoría absoluta. Sin embargo, podrá gobernar con la ayuda del señor Mas-CIU-. Espero, esperamos todos lo españoles que el último cumpla como un hombre de Estado. Entendemos que habrá unas contraprestaciones económicas, más es conveniente que el primero y el último no olviden que España la formamos todos los españoles.

Uno entiende que la sociedad humana se divide en escalas o grupos: el individuo, la familia, el pueblo, la comarca nacionalidad autonómica, Nación española, Comunidad europea...Todas las escalas-identidades-son perfectamente complementarias y perteneciendo a la primera formamos parte de la última. Si poseemos la identidad andaluza no supone desposeer la española, y viceversa.

Sería una gran victoria política integrar los nacionalismos españoles- su historia, su lengua, su folklore, sus costumbres...-, dentro de una idea común: insisto  nuevamente, la unidad de España. Recuerde señor Mas, lo que Cervantes dejó escrito con respecto a Barcelona: “aquel paraíso, escuela de tolerancia, archivo de cortesía”. Haga que esto sea una realidad.
 
Todos los españoles pensamos que siendo diecisiete Españas - 17 futuras  realidades nacionales autonómicas-, con nacionalismos fuertes en algunas de ellas- Galicia, País Vasco, Cataluña...- las que forman la Península Ibérica, convergerán todas ellas unidas en arcos olímpicos inseparables mostrando la paz.

Usted, señor Presidente-su Gobierno-, ha hecho poco a casi  nada en política exterior. Tenemos a un ministro de Exteriores, el señor Moratinos, que ha brillado y brilla por su ausencia. Le deseo la mejor de las fortunas, señor Rodríguez Zapatero, pero conduzca España a un feliz puerto.

 
La Coruña, 27 de abril de 2006

©Mariano Cabrero Bárcena es escritor

      

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