El líder conservador y
derechista José Calvo Sotelo (Tuy, 1895-Madrid, 1936) había dicho: “Prefiero
una España de izquierdas que una España rota”. Pues bien, emulando al jurista
anterior, yo digo: Prefiero una España con autonomías, nacionalismos, nacionalidades
históricas, realidades nacionales o lo que se las quiera llamar en un futuro a
nuestras 17 autonomías, que no desunida. Tengo razones para creer que, siendo
17 Españas- e insisto, 17 autonomías con nacionalismos fuertes en algunas de
ellas-las que hoy forman la península Ibérica
(¿mañana ya veremos?)-, convergerán todas unidas apara ayudar al
presidente del Gobierno, señor Zapatero, pues menudo berenjenal está armando.
Y es que todo esto es debido
a que nuestro joven e inexperto político desea ganar las próximas elecciones
con la fuerza de los votos, pero un piensa con nuestra “Piel de Toro”
dividida y sin rumbo. No es malo ser de izquierdas, desde luego, pero hemos de
saber manejar la mano derecha, para sembrar cordialidad, respecto y amistad
entre los españoles. Gobierne, escuche y respete a los españoles, votantes o
no votantes del PSOE, más no imponga “la
ley del silencio”...
Me viene a la memoria una
carta dirigida por Joseph Tarradellas a Federico Jiménez Losantos- no es
santo de mi devoción-, tras el atentado perpetrado contra éste, en la que se
puede leer: “La cuestión lingüística y la solidaridad con los demás pueblos de
España son los dos problemas fundamentales que si no se enfocan justamente van
a producir situaciones difíciles, corriendo el peligro de que se destruya
nuestra convivencia para siempre”.
Respeto y entiendo, que,
usted, señor Mas (posee la “llave maestra “para la gobernabilidad de España, insisto
en lo de España aunque no este de moda hablar de ella y nombrarla), que piense
como nacionalista catalán, pero espero que cumpla como español. No pida usted
“el oro y el moro”-ya tiene su Estatuto para su autonomía. Que ya es grande por
sí misma, y acuérdese de la comunidades más pobres, donde hay que garantizar
servicios mínimos, lo que no se ha hecho hasta a la fecha: dígame que hacemos
con las comunidades con habitantes más jóvenes que reclaman servicios de
educación, viviendas al alcance de sus bolsillos, trabajos...Y por último
explíqueme que soluciones se darán a las autonomías más envejecidas que
requieren mayor asistencia sanitaria.
Esta es la España que realmente usted
y el señor Rodríguez Zapatero se van a encontrar. ¡Difícil tarea a resolver!,
pero no imposible, .Integren los nacionalismos- su historia, lengua, folklore,
etcétera-dentro de las ideas que los dos políticos expresaron: unidad. Recuerde
señor Mas, lo que Cervantes dejó escrito con respecto a Barcelona: “...aquel
paraíso, escuela de tolerancia, archivo de cortesía”. Haga que esto sea una
realidad. Cada persona tiene un ideario político distinto, pero entiendo-estoy
convencido- que las ideas políticas de un hombre son sus hechos.
Da la sensación de que nos
hemos vuelto locos, de que hemos perdidos nuestros papeles en la esfera
política, de que perseguimos ganar las próximas elecciones, de que hemos
perdido el sentido del humor e ingenio suficiente para continuar luchando por y
para la unidad de España.
Precisamente, y con muy
pocas dudas, el señor Rodríguez Zapatero ganará las próximas elecciones
democráticas a la Nación
española. Las ganará pero no por mayoría absoluta. Sin embargo, podrá gobernar
con la ayuda del señor Mas-CIU-. Espero, esperamos todos lo españoles que el
último cumpla como un hombre de Estado. Entendemos que habrá unas
contraprestaciones económicas, más es conveniente que el primero y el último no
olviden que España la formamos todos los españoles.
Uno entiende que la sociedad
humana se divide en escalas o grupos: el individuo, la familia, el pueblo,
la comarca nacionalidad autonómica, Nación española, Comunidad europea...Todas
las escalas-identidades-son perfectamente complementarias y perteneciendo a la
primera formamos parte de la última. Si poseemos la identidad andaluza no
supone desposeer la española, y viceversa.
Sería una gran victoria
política integrar los nacionalismos españoles- su historia, su lengua, su
folklore, sus costumbres...-, dentro de una idea común: insisto nuevamente, la unidad de España. Recuerde
señor Mas, lo que Cervantes dejó escrito con respecto a Barcelona: “aquel
paraíso, escuela de tolerancia, archivo de cortesía”. Haga que esto sea una
realidad.
Todos los españoles pensamos
que siendo diecisiete Españas - 17 futuras
realidades nacionales autonómicas-, con nacionalismos fuertes en algunas
de ellas- Galicia, País Vasco, Cataluña...- las que forman la Península
Ibérica, convergerán todas ellas unidas en arcos olímpicos inseparables
mostrando la paz.
Usted, señor Presidente-su
Gobierno-, ha hecho poco a casi nada en
política exterior. Tenemos a un ministro de Exteriores, el señor Moratinos, que
ha brillado y brilla por su ausencia. Le deseo la mejor de las fortunas, señor
Rodríguez Zapatero, pero conduzca España a un feliz puerto.
La Coruña, 27 de abril de
2006
©Mariano Cabrero Bárcena es escritor
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