jueves, noviembre 26, 2009

Recuerdos con futuro



















“Recuerdo de mujer (1955), y mujer del 2009...”.
Se acuerda uno de las experiencias pasadas: unas buenas, otras malas y, las últimas, menos malas. Pretendo ser objetivo en mis recuerdos, porque fui protagonista y observador de los mismos. Se deben contar hechos pasados, mejores o peores, pero contarlos, ya que podrían argumentar que no fueron acontecimientos verosímiles o: “...que no nos atrevemos a relatarlos”.O: “...que perdemos la memoria porque nos conviene”. O: “...que hay que callar porque algo tenemos que esconder”. Nada más lejos…

Allá por los años sesenta y dos, y cuando contaba veintidós años de edad, estaba preparando oposiciones para el Estado, que las aprobé: “Ya tengo el porvenir asegurado”, me dije. Mi fallecido padre, Mariano, siempre me dijo: “Estudia, estudia hijo mío”. “Ya verás: Si llegas a pertenecer al cuerpo de funcionarios, vivirás con cierto deshago el resto de tus días. No serás nunca – ¡millonario!–, pero jamás te faltará un pedazo de pan para llevar a la boca”, terminaba siempre con este prudente y concienzudo conseja. Y así fue.

Por aquel entonces las “Hijas de Eva” no atravesaban tiempos, precisamente, favorables para su independencia y derechos civiles consecuentes. Poco a nada pintaban en nuestro país llamado España (la de 1962), que ahora también se llama España–mal que les pese a ciertas personas, por así llamarlas: uno les nombra con el apelativo de ‘pobres o malos españoles ’–. Y lo digo con conocimiento de causa: sus derechos, y los de las “Hijas de Eva” de 19962, estaban mermados en demasía, y llevaban su ‘especie de esclavitud–por así llamarla–, con paciencia, con resignación, con la paciencia y resignación que les son comunes a las mujeres, y que los hombres–piensa uno–, debemos imitarles.

Y aludiendo concretamente a esos derechos, de los cuales no gozaban, mi memoria me dicta y me confirma los que siguen: no podían abrir cuentas corrientes ni cartillas de ahorro a su nombre; tampoco podían, y por su propia iniciativa, legalizar un pasaporte español a su nombre; podían ir a la cárcel (por prisión) si cometían adulterio o abandonaban el domicilio conyugal...No podían hacer casi nada por su propia voluntad. Sin embargo las féminas europeas se manejaban y comportaban de distinta manera.

Y es sencillo el comprender el porqué: las anteriores habían sufrido una gran guerra en los territorios de los Estados a que pertenecían (la
Segunda_Guerra_Mundial): ni más ni menos. Por esta causa, sin duda, habían tenido que salir de sus domicilios a trabajar y, de meras amas de casa y esposas complacientes, se habían transformado en asalariadas en fábricas, en mercados de distribución de productos de consumo, en labores propias de la agricultura..., etc.etc.

Las esposas españolas (1962) sufrieron serios reveses en sus estados anímicos. Es decir, al abandonar los hijos el hogar familiar, se sentían ellas no imprescindibles ni necesarias. Y como no habían aprendido a trabajar fuera de casa, porque no las dejaron, sus cerebros fueron pasto de angustias, insomnios, intranquilidades, nerviosismos..., que algunas de las veces degeneraron en serias y complicadas depresiones: sus mesitas de noche aparecían cubiertas de medicinas con sus correspondientes prospectos...

Es bueno comprobar como un hombre y una mujer se pueden tomar unos güisquis juntos, conversando tendidamente de sus mismos proyectos y aspiraciones laborables: se está produciendo poco a poco la liberación de las mujeres: ellas también quieren ser mujeres liberadas…

Pisando fuerte las actuales mujeres, van poco a poco consiguiendo su ya merecido puesto en el plano socio-laboral, que –con casi igualdad de derechos y también de obligaciones– les facilita una comunicación liberalizada respecto al hombre. Ellas ya son mujeres siglo XXI, y se han convertido en recuerdos con futuro.

No obstante, encuentran un riesgo que va a definir la amistad entre hombre y mujer: el impulso sexual que es inevitable que surja entre ambos. Existe una frontera –casi imperceptible– entre la amistad profunda y para siempre, y el amor propiamente dicho: la presencia o no de la atracción sexual, la cual inclinará la balanza de la verdad hacia uno u otro lado.

Debemos buscar “nuestra chica de los ojos verdes”, nuestra futura esposa, pareja sentimental... con quien recorrer el corto o largo camino de nuestra mortal vida, buscando felicidad... Empleemos el arte de comunicar, conversar, etc., que parece haber sido olvidado últimamente de la faz de la tierra. El problema reside en nosotros mismos, pues pensamos que el dinero, el poder y los distintos placeres –que la propia vida nos pone al alcance de la mano–, serán los que nos libren de preocupaciones: nada más lejos. Uno piensa que el amor ni se compra ni se vende: se siente. Si no es así, no es verdadero amor, y jamás nuestros recuerdos serán reconocidos como ‘recuerdos con futuro’.
La liberación de la mujer ha contribuido a que las hijas de Eva salgan a la “selva de la calle’, donde cualquier desaprensivo ‘matacorazones’ se creerá que es dueño de nuestras féminas. El
Acoso_sexual se ha convertido últimamente en el pan nuestro de todos los días, y esto se produce en todos los ámbitos de la vida laboral y funcionaríal( Este ‘acoso’ en un 73% de los casos proveniente de un superior…Y es que nuestras mujeres sigloXXI son fuertes, valientes, capaces, creativas, bellas y sonrientes. ¡No se podía esperar menos de ellas!



La Coruña, 26 de noviembre de 2009
©Mariano Cabrero es escritor

lunes, noviembre 02, 2009

Mi cerebro que no duerme













Mujer durmiendo de Frederic Leigton

Porque cuando apago la luz de la mesita de noche, al objeto de dormir unas pocas horas (con mi edad son pocas las horas de sueño, que se aprovechan), mi cerebro que no duerme–y saliendo de la noche oscura de mis pensamientos, –entre sueños y ensueños…


¡Ya… me encuentro solo! De regreso, y cuando me hallo en mi casa, sobre la una de la madrugada, solamente escucho el ruido al paso de los últimos coches-sus ruedas.-. Doy dos vueltas al cerrojo de la puerta– ¡hay tantos ladrones hoy en día!–, y busco silencio–mi silencio– en mi soledad. El día ha sido francamente penoso: hablar con amigos que no lo son, saludar a personas que casi no conozco, recomendar a ciertos jóvenes–tunantes por naturaleza–que se presentan a oposiciones del Estado (lo cual hice por mero compromiso, aunque no puse mucho interés en tales recomendaciones, y entiendo que resultarán ineficaces), escuchar mentiras que luego se convertirán en verdades.

Siento, a veces las pisadas de alguien que camina cerca de mí, y creo–ilusión pérdida–, que me están espiando, que saben –algo o todo– de mi cita que tuve ayer con la señorita… (por así llamarla), dado que esta casada, con marido y escopeta, con escopeta y marido. No tropecé con almas que amé– hombres y mujeres, compañeros míos–, porque habían fallecido. Y pensar que pude haber sido el último hombre/mujer sobre la tierra, si al salir por la mañana temprano la ciudad estuviera ya muerta…Y pensar que pude haber sido el último hombre/ mujer sobre la tierra…, sin llegar a tener el tiempo necesario para escribir mi último poema. ¡Día infeliz el por mí pasado!

Porque cuando apago la luz de la mesita de noche, al objeto de dormir unas pocas horas( con mi edad son pocas las horas de sueño, que se aprovechan), mi cerebro que no duerme–y saliendo de la noche oscura de mis pensamientos,–entre sueños y ensueños, me habló: De los peces mil colores; de la mujer asesinada por su pareja sentimental sin que nadie ponga solución efectiva a estas muertas violentas; de la discusiones encontradas en relación con las corridas de toros( para mi ‘los toros’ son una fiesta, y una muerte claro está, respetando las ideas discrepantes al respecto); de la mezcla de sangres distintas entre los contrayentes de la futuras monarquías( genes que cuentan) y de los falsos profetas Zapatero y Rajoy .


( Mariano Rajoy–que está cometiendo errores, aconsejado no se por quién–, debería de pensar–que para eso es Registrador de la Propiedad–que 9.630.512 millones de votos pertenecientes al PP, unidos a los 10.909.687 millones y pico de los últimos que pertenecen al PSOE, pueden y deben gobernar España en una alternancia de poderes. Y si me apuran un poco más, uno recomendaría con humildad al bueno de Rajoy que propusiera gobernar en coalición al PSOE–concretamente que hablase y dialogase con el señor Rodríguez Zapatero, que es el actual presidente de Gobierno. Hubiera sido una gran victoria política–incluyo a Zapatero y a Rajoy, que representan a más de 20 millones de votos españoles–integrar los nacionalismos españoles–su historia, su lengua, su folklore… –, dentro de una idea común: la unidad de España. Sin embargo, esto no se ha conseguido. Sí puedo afirmar, y puedo equivocarme, que si los partidos políticos tuvieran que autofinanciarse, sin duda, tendríamos menos hombres/ mujeres dedicados al “arte de la política” y, por tanto, menos gastos y más ingresos: es una idea… Estamos faltos de políticos inteligentes y hábiles, que no saben o no quieren negociar por el bien de España, que sus cabezas no permanecen frías, que sus corazones no están templados, que emplean la política como un arte de engaño… , cuando todas sabemos que ésta es un arte que sólo la ejercen los verdaderos hombres de Estado.)

Fíjense señores Rajoy y Zapatero, e insisto en ello: la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Ángela Merkel, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) y el Partido Liberal (FDP) acaban de firmar en Berlín un acuerdo de coalición, y para los próximos cuatro años, partidos con distinto ideario político, pero que han de desarrollar un política coherente y gobernar, con eficacia, para Alemania. Es decir: para los alemanes. Claro está, estamos ante una mujer, Ángela Merkel, que desarrolla una política coherente y con altas miras para lograr el bienestar de Alemania. Puedo y debo decir que nos hallamos ante mujer diligente e inteligente, que posee señorío cuando habla y actúa, y que estamos ante una auténtica mujer-político de Estado.

Al final, y esto lo pude comprobar, nuestra actual vida es y está triste. La violencia entre los humanos ha llegado a alcanzar límites insospechados. Y es que es necesario que establezcan medidas: contra la pobreza, el desempleo, las desigualdades sociales existentes: clase baja, clase media y clase alta, económicamente hablando (que el endiosamiento de la última no entorpezca la relación con la dignidad de la primera, sirviendo la ‘clase media’ de balanza de control entre ambas), el consumismo desmesurado en el que hemos incurrido todos nosotros, contra la fabricación de armas que sólo sirven para matar. Y es que mi cerebro que no duerme así me lo ha manifestado, y tengo miedo, mucho miedo, porque puedo llegar a desarrollar ansiedad y depresión.Porque tengo miedo de convertirme en un ser irritable, que, perdiendo mi memoria, pueda perder también mi capacidad de concentración…Todo esto y mucho más, me ha revelado mi cerebro.






La Coruña, 2 de noviembre de 2009
©Mariano Cabrero es escritor