domingo, junio 28, 2009

Hacen futuro al informar



"Es bueno y loable que los escritores de titulares cumplan con su deber, informando, opinando y asumiendo las tendencias ideológicas de sus respectivos diarios, así como respetando las de los demás"



"Cuando salen a la venta tantos periódicos los comunicadores hacen futuro al informar"


"Bueno es que haya pluralidad de ideas y opiniones, pues enriquecen la vida social española y la del mundo entero"


Existen unos profesionales, y en el mundo entero, llamados periodistas, que están al servicio de la opinión pública, que quieren cumplir con su deber y con la función que la sociedad les ha encomendado: informar, informar en libertad a los ciudadanos, con competencia y profesionalidad, que todos esperamos que tengan. A esto se le viene en llamar, sin duda, periodismo de investigación.


Cuando salen a la venta tantos periódicos, sin duda, los comunicadores de noticias hacen futuro al informar (pues todos leemos), y en unión de las cadenas televisivas (que todos visionamos) e Internet (que todos tecleamos), proyectando informaciones y sucesos en los ámbitos nacionales e internacionales. Y esto se produce para poder moderar, en cierto modo, a los gobiernos de turno.

De esta manera, y lo hemos comprobado muchas veces, estos últimos se sentirán con la obligación de cumplir sus idearios políticos, programados en sus campañas electorales, para que, de está forma, satisfagan al electorado que los votó: si así lo hacen, serán considerados hombres de ley. Es decir, actuarán correctamente y cumplirán con sus obligaciones profesionales. Sin embargo, es bueno y loable que los escritores de titulares, crónicas, noticias, cumplan con su deber, informando, opinando y asumiendo las tendencias ideológicas de sus respectivos diarios, así como respetando las de los demás.


Bueno es que haya pluralidad de ideas y opiniones, pues enriquecen la vida social española y la del mundo entero. Los periodistas, escritores, han llegado lejos con ética y profesionalidad, y aunque la prensa que generan no es enteramente la opinión pública, cierto es, que forman parte de ella.

Debemos comentar, no obstante, que dentro de su profesionalidad, los periodistas deben llevar a cabo tres quehaceres fundamentales: denunciar a los gobiernos de turno, cuando estos cometen abusos en el ejercicio de sus funciones; criticarlos, cuando estos se equivoquen; y elogiarlos, cuando estos acierten. Los escritores de periodismo –idealista y vocacional–, pues sin vocación no se puede seguir en esta vocación (por profesión), saben muy bien de la lucha diaria, su lucha, minuto a minuto y segundo a segundo, contra el tiempo; éste último es su principal enemigo.
Deben salir a la calle en busca de noticias, claras, concisas y concretas, a fin de confeccionar sus periódicos: prensa escrita y prensa por Internet. Cuando están en posesión de ellas, a la velocidad del rayo, las pasan por sus ordenadores, para posteriormente y mediante un engranaje perfecto, redactores, correctores, etc., llevarlas a las rotativas, que hacen que el periódico (cada veinticuatro horas) las pongan en las manos de los lectores. Rapidez y veracidad: dos claves difíciles de compaginar y que ellos, los escritores de diarios, las llevan a cabo con la mejor de la ilusiones y salvando múltiples contratiempos. Esto demuestra... hasta qué punto los medios son necesarios en cualquier país democrático, que se precie de serlo.


La prensa juega limpio. Quizá son los acontecimientos políticos y sociales actuales, quienes le imponen esa dura responsabilidad: informar. Para bien de unos y mal de otros. Los que están en el poder, los políticos, temen perder el último, y les resulta incómodo que los periodistas expresen sus puntos de vista. Tienen que hacerlo, pues es deber y profesión al mismo tiempo.

Katharine Graham, editora del 'Washington Post', y premio 'Pulitzer' en 1998, estaba en los cierto cuando manifestó que “los editores podemos tener muy pocos amigos”. Tampoco los periodistas tienen muchos. El prosista, periodista, que tiene que plasmar todos los días sus artículos, comentarios, entrevistas, reportajes..., va descubriendo para si mismo y para los demás su pequeña/grande 'obra literaria'; de periodista se pasa a novelista, o viceversa. Un ejemplo de lo mencionado lo tenemos en Mariano José de Larra: novelista, autor teatral y gran periodista, entre otros muchos.



"Cuando el periodista forma parte de los medios, es consciente que el camino ha de estar sembrado, no precisamente, de halagos y enhorabuenas, sino de rosas y espinas"

Saber el cómo y el cuándo adelantarse a los acontecimientos de interés periodístico. Hay que tratar de no mentir, mas uno lo haría en dos casos muy concretos: para salvar la vida de un ser humano, y para elogiar la belleza de una mujer, parto de la base que para uno existen tan sólo mujeres menos guapas, pues toda mujer tiene su encanto.

Debemos terminar diciendo que, según reza nuestro refranero, “Lo escrito, escrito queda; las palabras, el viento se las lleva”. Mas cuando el/la periodista-comunicador forma parte de la casuística de los medios de información, indudablemente es consciente que el camino que ha de recorrer ha de estar sembrado, no precisamente, de halagos y enhorabuenas, sino de rosas y espinas, muchas espinas y muy pocas rosas.


La Coruña, 4 de mayo de 2009
Mariano Cabrero Bárcena es escritor
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