Destrucción tras la batalla de Al Qusayr (2013)
EE.UU. no ha perdido su gusto por guerrear, pero lo malo es
que, en su ambición de gobernar el mundo y su economía, nos arrastra a los
demás a la guerra perpetua. Ahora se trata de Oriente Medio:
concretamente quiere y desea comenzar una guerra con Siria. El ataque a Siria,
si se pone en marcha, sería en contra de la opinión de los estadounidenses y
sin el beneplácito de la Comunidad Internacional. Barack Obama defiende y
proclama un “ataque limitado” contra la nación árabe.
Muy poco ha hecho hasta estos momentos la Comunidad
Internacional en lo tocante a los crímenes de derecho internacional cometidos
en Siria durante los más de dos años de guerra civil
Llevando la muerte, y esta vez sobre Siria, los norteamericanos
-una vez más- tratan de lanzar cohetes tomahawk sobre objetivos militares
-según dicen ellos-. La población siria se podría haber librado posiblemente de
los gravísimos abusos que sufrió si hubiera intervenido la Corte Penal
Internacional y ésta hubiese procedido a congelar los bienes del presidente
Assad.
Poco o muy poco ha hecho hasta estos momentos la Comunidad
Internacional, tocante a los crímenes de derecho internacional cometidos
en Siria durante los más de dos años de guerra civil. Hemos de comprender que,
sin intervención o con ella, Siria está en punto muerto… Más o menos donde se
encontraba hace dos años.
Hemos de comprender que Oriente Medio se puede convertir
nuevamente en un polvorín a punto de estallar, tras el golpe militar de Egipto
y la intervención posible de Irán (a punto de fabricar armas nucleares).
La guerra civil en Siria sigue su curso normal: se matan
hermanos contra hermanos, como ocurre siempre en la guerras civiles a las que
ya estamos acostumbrados, muy a pesar nuestro… En nuestro caso particular, los
suníes contra los chiíes que es, en cierto modo, la rivalidad entre Arabia
Saudita e Irán. El conflicto de Egipto puede calificarse como de naturaleza política,
no precisamente religiosa.
La rebelión contra El Asad, mírese como se mire, es
legítima. El levantamiento del pueblo sirio tiene connotaciones muy similares a
las del pueblo egipcio o tunecino. Sin embargo, la intervención militar
limitada puede que no sea una verdadera salida para Siria. El Asad y sus
huestes lograrían lo que están deseando: que finalicen las negociaciones con
EE.UU. y Rusia. Podemos imaginar que el supuesto empleo de armas químicas por
parte de Siria, podría ser una estratagema astuta buscada por El Asad. Un
posible ataque aliado significaría un apoyo inmediato de Rusia, enviando armas
para la muerte… En la próxima guerra -quizá me equivoque en mi pronóstico-
saldrán beneficiados los grupos incontrolables de Al Qaeda. En un mundo complejo
como en el que nos encontramos y en un Oriente Medio lleno de incertidumbres,
nos conviene a todos que Irán funciones como un Estado, más nunca como un
movimiento chií ambicioso y desestabilizador, que nunca respetaría los tratados
internaciones, ni por todo el oro del mundo.
El supuesto empleo de armas químicas por parte de Siria
podría ser una estratagema astuta buscada por El Asad, pues un posible ataque
aliado significaría un apoyo inmediato de Rusia
Estados Unidos cuenta con sus aliados tradicionales: Arabia
Saudí, Israel, Turquía, monarquías del golfo Pérsico y Francia. Los países
nombrados tienen intereses distintos. Sabemos que Arabia Saudita no quiere
saber nada de los hermanos musulmanes de Egipto. Israel, en cambio, opta por
que se respete la estabilidad de la frontera del Sinaí. Tiene Israel otro punto
pendiente de resolver: las negociaciones con Palestina.
Los presidentes de EEUU, Barack Obama, y Francia, François
Hollande, y el primer ministro británico, David Cameron, decidieron, a última
hora, unir sus esfuerzos a los de China y Rusia, al objeto de que Siria
entregue su arsenal de armas químicas a la comunidad internacional. Esto va a
ser harto difícil de conseguir. Hemos de comprender que nadie conoce cuántas
armas químicas tiene Al Asad, entre las que se podrían encontrar el agente
químico VX, gas sarín, gas mostaza, etc. Y sacarlas del país sería un gran
problema.
Los militares van a la guerra en función de decisiones
políticas acertadas o desacertadas, pero van.
“Contigo a la guerra no quiero ir no quiero ir contigo a la
guerra no quiero ir, no quiero ir. Porque a la guerra se va a pelear, se come
muy mal, se duerme en la tierra (…)” Esther Araque Comino, Contribución al
Cancionero de Alcázar de Sanjuán, Año 2000 (Canciones de quintos y soldados)
Quizás esto deberían contestar los soldados americanos,
quienes posiblemente, y en fechas próximas, serán enviados a luchar en tierras
de Siria, pero no lo harán: son caballeros y militares.
Tanto las fuerzas gubernamentales como los grupos opositores
radicalizados siguen multiplicando los crímenes de guerra cometidos en Siria
EE.UU. y Rusia están discutiendo en Suiza el plan de desarme
sirio. Barack Obama dijo que “responder a un ataque químico es una obligación
moral”. Supuestamente es cierto que tanto las fuerzas gubernamentales como los
grupos opositores radicalizados por la infiltración de combatientes
extranjeros, siguen multiplicando los crímenes de guerra en Siria -tales como
violencia sexual-. Todo esto está
corroborado por un informe elaborado por la Comisión de investigación de la
ONU. Dicho informe también nos participa que “las fuerzas gubernamentales y
progubernamentales siguen realizando amplios ataques entre la población civil:
asesinatos, violencias, torturas y desapariciones forzadas, considerados todos
ellos crímenes contra la humanidad”.
El Secretario General de la ONU (Organización de Naciones
Unidas), Ban Ki-moon, ha
manifestado que “las atrocidades cometidas en Siria, representan un fracaso
colectivo de la Comunidad Internacional”.
También existe otro comunicado del presidente François
Hollande, en el que declara
que “su país seguirá movilizado para castigar la utilización de armamento
químico por parte del régimen de Damasco y disuadirle de reincidir”.
Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de América, ha
dicho últimamente que “tenemos obligación moral de responder al ataque con
armas químicas”. Está muy bien lo que manifiesta el señor Obama, en relación
con “tenemos obligación moral de…”. Se olvidó de decir el bueno de Obama que,
siendo EE.UU. el primer país productor de armas del mundo, necesita
experimentar estas armas de la muerte sobre seres humanos.
La historia se repite para mal de muchos y bien de unos
pocos privilegiados que comercian con el hambre y la miseria de la mayoría de
los pobladores de la tierra. Es duro lo que digo, pero no por eso menos cierto.
La historia se repite para mal de muchos y bien de unos
pocos privilegiados que comercian con el hambre y la miseria de la mayoría de
los pobladores de la tierra
Porque, hoy por hoy, nos encontramos con que el hombre/mujer
sigue siendo un fiera contra el hombre/mujer. Entiende uno que los animales
matan para comer, para alimentarse y no morir de inanición. Y es que el hombre
es una fiera contra el hombre, porque los animales matan para alimentarse, pero
los seres humanos matamos y torturamos por el mero placer de torturar y matar,
haciendo sufrir -con nuestros actos– a los más débiles, y les vemos llorar
lágrimas que se vuelven hielo: lágrimas de invierno.
Quizá fue un error el comenzar la Guerra de Irak (costosa en
medios económicos y, sobre todo, lo que es peor, en vidas humanas) y la Guerra
de Afganistán; quizá fue un error el imbuir en nuestras mentes una política
falsa del ‘miedo por el miedo’; quizá fue un error –cometido por nuestra parte–
el seguir y practicar el sistema económico y político –ambos marchan al
unívoco– representado por EE.UU.
Montesquieu, filósofo francés, nos dejó escrito en su
libro ‘El
Espíritu de las leyes‘ que “dos naciones que comercian mutuamente se
tornan recíprocamente dependientes, pues una tiene interés en comprar, la otra
tiene interés en vender, y de esta manera su misión se basa sobre sus
necesidades mutuas”.
La Coruña (España), 29 de septiembre de 2013
Mariano Cabrero Bárcena es escritor
Imagen: Syria war